El perro zen: el perro que disfruta con el aburrimiento

Colaboradores de DISCAN

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La unión hace la fuerza

Aquellos que nos conocéis y/o nos seguís, sabéis que no somos proclives a criticar a otros profesionales debido a que sus métodos de educación canina sean diferentes a los nuestros. Sí intentamos, siempre que podemos, hacer pedagogía sobre las diferentes metodologías, sus orígenes y lo que hoy en día se conoce que es más efectivo para ocuparnos de los casos concretos de los perros con los que trabajamos. En nuestro oficio, como en cualquiera, existen muchas maneras diferentes de hacer las cosas a la hora de trabajar con los perros, y debemos entender que otros profesionales lo hagan de forma muy diferente a la nuestra. Quizás lo que diferencia nuestra labor de otras (aunque no de todas) es que estamos trabajando con seres vivos, y su bienestar, junto con el de sus familias, debe ser nuestra máxima prioridad. Y ahí entra la parte ética de cada uno, pues, por suerte o por desgracia hay casi tantas éticas diferentes como personas en el mundo. Nosotros abogamos por un trabajo respetuoso con la naturaleza del animal desde un principio. Porque existen formas de trabajar sobre los problemas de comportamiento que a la vez fomentan el bienestar del perro. Otras metodologías, como las que se muestran en ocasiones en programas de televisión, se centran en el conocimiento de los perros y de sus formas de aprendizaje que había hace 20, 30 ó 40 años. Y hoy en día la ciencia ha investigado mucho sobre el aprendizaje animal, concretamente en perros, y se ha visto que se pueden conseguir resultados comportamentales similares, pero mejorando el vínculo con el animal y reduciendo (o evitando) los conflictos. Porque se trata, no solo de solucionar el problema de comportamiento que preocupa al humano, sino también (y para nosotros aún más importante), de darle herramientas al perro para gestionar las causas de esos comportamientos: solo así solucionaremos el problema de ambos, persona y perro. De la otra forma solo solventamos el nuestro, y podemos causarle al perro efectos secundarios emocionales, sociales, comportamentales e incluso físicos secundarios e indeseados. Precisamente por esto, desde CANMIGOS hemos decidido adherirnos a la campaña de retirada del programa «Malas Pulgas» de Mediaset. No queremos criticar a la persona que muestra las metodologías mencionadas. No es nuestro estilo, y personalmente opino que todos merecemos una oportunidad, porque todos nos equivocamos en la vida: muchos de los mejores educadores caninos que conozco hoy en día, y que trabajan con métodos respetuosos, hace años utilizaban técnicas punitivas: pero el mundo, la ciencia, y con ello la educación canina (como la humana) evolucionan. Es una posibilidad (desconozco si real o no), que esta persona estuviera haciendo el trabajo de modificación de conducta que mostraba en el programa de la mejor manera que él conocía en el momento en el que se grababa (entre los años 2010 y 2012). De hecho, recientemente le he visto en apariciones en TVE y, aunque han sido demasiado breves para poder valorarlo, sí me ha parecido ver un cambio en su manera de hablar sobre el trabajo de educación canina y el respeto a los perros. Por ello esto no pretender ser una crítica hacia la persona, estemos más o menos de acuerdo con sus métodos. Pero sí es una crítica hacia las cadenas de televisión que muestran hoy en día ese tipo de trabajos. Entendemos que este medio está basado mayormente en el espectáculo, pues es lo que funciona y vende. Lo respetamos. Pero entendemos que, en el caso de la educación canina, si quieren hacer de ello un producto televisivo, deberían, o bien buscar la manera de hacer espectáculo respetando la naturaleza del animal y al individuo mismo, o bien directamente buscar otro producto/servicio. Para aclarar de lo que estamos hablando, y el porqué de este post ahora, os dejamos a continuación links a la Carta Abierta a Cuatro y Mediaset que explica la campaña iniciada y a la que CANMIGOS se ha unido, así como el link a la campaña de Change.org. ¡Todavía puedes unirte!: Se trata de evitar que hoy en día en TV se muestren dinámicas de trabajo con los perros anacrónicas y que no solo no ayudan al bienestar animal y al respeto de su naturaleza, sino que los empeoran. Se trata de un programa grabado y emitido por primera vez entre los años 2010 y 2012, pero que a fecha de hoy se sigue reemitiendo en sus cadenas, y en sus plataformas online. En concreto, en el programa específico que se menciona en la Carta Abierta (puedes ver el caso de Hatchi aquí, a partir del min 16:50: Temporada 2, programa 19) se muestra un proceso que resulta especialmente doloroso de ver, por muchos factores. Enumero a continuación algunos de ellos. No es necesario decir que entendemos que todo lo que hace la familia particular del perro es desde el desconocimiento y siguiendo las indicaciones que les da la persona que trabaja con ellos en el programa, lo que les exime de cualquier responsabilidad desde mi punto de vista:
  1. En el programa se dice «No podemos pretender tener un perro educado si no corre». No queremos ni vamos a decir ahora que el ejercicio físico no es bueno para los perros. Lo es. Como para nosotros los humanos. Pero no necesariamente cuanto más corra un perro, o cuanto más le cansemos, más tranquilo va a estar. Cuando una persona vuelve de correr, llega a casa posiblemente cansado físicamente, pero su mente no está relajada: los niveles de neurotransmisores relacionados con la activación física están presentes. Y algo similar ocurre con los perros. Necesitan actividades físicas, pero también actividades mentales que les den estabilidad emocional. Además, el ejercicio físico implica puro entrenamiento: cuanto más corramos con el perro, su cuerpo necesitará cada día más actividad para cansarse (lo cual no es malo si se lo podemos ofrecer, y acompañarlo en paralelo con actividades relajantes);
  2. El educador canino le dice al niño que le va a «enseñar a hacer el toque perfecto». Y no solo lo dice: también lo hace. Para mí ésta es una de las cosas más graves del programa. Se enseña una técnica aversiva para el perro, basada en la confrontación, y de dudosa eficacia (luego explico por qué), y se pone a un niño como alumno. ¿De verdad queremos que nuestros hijos aprendan a tratar así a los animales? ¿De verdad queremos enseñarles a nuestros niños en TV un domingo por la mañana que pueden (y deben) hacer esto? La técnica (y aquí ya no hablo solo del famoso «toque», sino también de tumbar y darle la vuelta al perro, de darle patadas, rodillazos y enfrentarse a él) se basa en someter al perro: en que nos haga caso por miedo. Y desde nuestro punto de vista esto constituye maltrato animal. En el programa incluso se llega a decir que tenemos que tumbar y someter al perro todos los días. Primero, desde nuestro punto de vista en una familia el perro debería querer hacernos casos por el vínculo y la relación positiva que tiene con nosotros, y no por miedo. Y segundo, puede haber algunos perros con los que eso «funcione» (los que evitan la confrontación y/o los más pequeños), pero con otros podemos generar una situación muy peligrosa. En la frase anterior he entrecomillado «funcione» porque esa técnica solo puede reconducir el comportamiento, es decir solucionar NUESTRO problema, pero no la causa del mismo en el perro: si el perro protege la comida porque ha tenido experiencias en las que se le ha quitado o castigado, de esta forma es posible que deje de protegerla, pero la situación le generará más ansiedad, inseguridad, e incluso miedo. Mis compañeros y yo hemos escuchado y visto en multitud de ocasiones en nuestras visitas con clientes cómo las personas les dan «toques» a sus perros, como en TV. Entendemos que lo hagan cuando ven que alguien lo hace en la televisión, pero ¿realmente queremos ese tipo de didáctica en la TV?
  3. Se dice que un perro que se hace pis cuando interactúa contigo es porque está mostrando sumisión. Llámalo sumisión, o llámalo miedo, inseguridad, o cualquier emoción activa (incluso algunas positivas también).
  4. En el programa se muestra, como herramienta solucionadora de problemas en los paseos, un collar de pinchos. Es cierto que no es el típico collar de pinchos metálicos que todos hemos visto. Pero porque sean de plástico no quiere decir que no sean pinchos. Los collares de pinchos hoy en día están prohibidos en muchas comunidades y ayuntamientos de España, por considerarse que no pueden formar parte del bienestar animal. ¿Queremos mostrar en TV herramientas que no cumplen lo establecido por las normativas estatales, autonómicas y municipales?
  5. Se dice como algo positivo el hecho de no permitir nunca que el perro huela el suelo. Hoy en día se sabe que el olfato es posiblemente el sentido del que más debemos ayudarnos los educadores para darle tranquilidad y capacidad de concentración al perro. Cuando un perro huele ha de estar necesariamente concentrado/relajado. Si no lo está, no huele.
Desde mi punto de vista en el programa se muestra un perro con niveles de ansiedad generalizados importantes (que muestra por ejemplo protegiendo la comida y paseando), los cuales se ven exaltados aún más porque las interacciones con la familia son conflictivas y con tensión en muchas ocasiones. Lógicamente habría que evaluar el caso concreto, las causas de esta ansiedad y las mejores reglas para trabajar su situación específica desde el respeto. Por eso no me atrevo desde aquí a dar unas pautas de acciones a realizar, pues considero que sería irresponsable profesionalmente por mi parte, teniendo en cuenta que nos faltan muchísimos datos sobre el perro y sobre su vida diaria.

Carta abierta DISCAN

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