Si tus familiares o amigos no entienden el problema con tu perro, lo mejor es ponerte en contacto con profesionales del sector que te ayuden a tomar las mejores decisiones:
Recuerdo cuando Pippa, mi perra, tenía Ansiedad por Separación.
Recuerdo cómo nos condicionaba la vida a Julie, mi pareja, y a mí a la hora de hacer planes.
Tratábamos de coordinarnos como podíamos para no dejarla sola, y que así no sufriera ella, no causara más molestias a los vecinos y no siguiera rompiendo cosas.
Y también recuerdo cuando alguien nos proponía hacer algún plan. Julie y yo nos mirábamos y nos decíamos al unísono: «¿Y Pippa?».
El evento solía acabar con al menos uno de nosotros quedándose en casa.
Y esa decisión venía acompañada de algunas miradas de incomprensión por parte de quien había hecho la propuesta.
Y lo entiendo.
Cuando no tienes un perro con este problema puede resultar complicado comprender que algo así te condicione tanto la vida.
Pero lo hace.
Ya sea por el bienestar de la perra, o por mantener una convivencia vecinal correcta, o por evitar las conductas destructivas, … lo hace.
Lo he vivido y lo he visto.
Método Daps para solucionar la Ansiedad
Pero vayamos más allá hablando sobre lo que pueden pensar los demás de nuestra situación. Vayamos al momento en el que estábamos trabajando con Pippa para solucionar este quebradero de cabeza.
El Método DAPS® (Desensibilización de Ansiedad por Separación), que aplicamos con ella para resolver el problema, es el que usamos ahora con cada familia y cada perro a los que ayudamos.
Es un método importado de Estados Unidos, donde se utiliza desde el año 2002, y adaptado a nuestra filosofía de trabajo con los perros.
Consiste, resumiendo mucho, en hacer salidas progresivas, variando el nivel de dificultad, y siempre asegurándonos de que el perro se mantiene por debajo de su umbral de ansiedad.
Eso implica que había días que yo salía y volvía de casa más de 10 veces en un periodo de 20 minutos, variando el tiempo de mis ausencias.
Mis vecinos debían pensar que estaba mal de la cabeza.
De hecho seguramente alguno de ellos ya estaría llamando al psiquiátrico:
─¿Podrían venir por favor a ayudar a mi vecino? Se le ha ido la cabeza y no para de entrar y salir en casa ─explicaría mi vecino.
─Quizás se haya olvidado algo, y por eso vuelve… ─le respondería desde el otro lado el operador, cansado de este tipo de llamadas.
─¿Diez veces seguidas? Pues entonces tiene algún problema de memoria grave y también necesita de su ayuda… El otro día le vi que estaba trabajando en su ordenador metido en el coche, ¡en el parking!
Así era. Algunos días me cogía el portátil, me bajaba al garaje y tenía un ojo en el trabajo y otro ojo en la cámara de casa, asegurándome de que estaba tranquila.
Y es que, de nuevo, para alguien que no tiene un perro con Ansiedad por Separación puede ser muy difícil también entender lo que hacemos con el objetivo de ayudar a nuestros animales a superar el problema.
Este es mi aviso y mi consejo a las personas de las familias con las que trabajamos:
Vuestros vecinos pensarán que estáis locos.
Pero eso no debe preocuparos. Porque lo que hacéis es por el bien del perro y para que podáis volver a salir de casa sin preocupaciones.
Incluso también es por el bienestar de esos mismos vecinos, que no tendrán que sufrir más sus ladridos.
En el siguiente vídeo te explicamos en qué consiste el Método DAPS® y cómo lo trabajaríamos contigo si quieres que te ayudemos a resolver la Ansiedad por Separación de tu perro: