En el colegio recuerdo jugar a muchos deportes diferentes por épocas: hockey sobre patines, voleibol, baloncesto, …. Casi todos los que podía, excepto el futbol, que no me motivaba.
En la temporada que jugaba a basket recuerdo que había unas canastas algo más bajas de lo normal, ancladas a una pared. Los compañeros y yo nos retábamos a acercarnos corriendo, apoyarnos en ella con una patada y tratar de meter canasta haciendo un mate y cogiéndonos del aro.
Decíamos que queríamos ser como Michael Jordan.
La verdad es que yo entonces tenía tanta idea de quién era Jordan como hoy la tengo de quién es Tiger Woods. Sabía que existía, que era jugador de basket, y que era muy bueno. Poco más.
Hace escasas semanas pude ver una serie documental sobre su carrera deportiva y “conocerle” un poco mejor.
Y con razón era un ídolo de masas en los años 90, por todo lo que consiguió jugando en la NBA: 6 veces campeón de la NBA. 6 títulos como el jugador más valioso de las finales. Elegido en 14 ocasiones entre los mejores jugadores de la temporada. 2 medallas de oro olímpicas, … y mucho más.
Pero fue el mismo Jordan quien dijo:
«He fallado más de 9.000 tiros en mi carrera.
He perdido casi 300 partidos.
26 veces me han confiado el tiro ganador y he fallado.
He fallado una y otra y otra vez en mi vida.
Y es por eso por lo que tengo éxito».— Michael Jordan
Se trata de una muestra de resiliencia clara.
La resiliencia es la capacidad que tenemos las personas (y otros animales, como los perros) para recuperarnos de situaciones adversas. Superar eventos que nos provocan cambios, estrés, emociones negativas, etc.
Incluso una planta que crece en el desierto demuestra resiliencia.
Durante el proceso de resolución de la Ansiedad por Separación siempre vemos resiliencia.
Tanto resiliencia canina como humana.
La resiliencia canina porque en algunos momentos llegan a estresarse (un estrés de baja intensidad), y luego se recuperan rápidamente.
Me sigue sorprendiendo ver perros de clientes, que antes entraban en pánico solo con que sus humanos abrieran la puerta de casa, y que luego se limitan a levantar la cabeza para verles salir, y después la apoyan y siguen relajados. Pura resiliencia canina.
Y la resiliencia de los humanos se demuestra en ocasiones en procesos en los que el perro no avanza de forma constante, sino con altibajos. A veces ocurren lo que llamamos estancamientos o regresiones en el trabajo.
Cuando eso sucede, suele ser frustrante para los humanos, que tenían una expectativa de que el perro mejorara cada día de forma constante, y no siempre es así.
Pero cuando muestran resiliencia, se recuperan de esas emociones y continúan siendo regulares en el trabajo. También me sigue sorprendiendo verles resurgir de sus cenizas, con más ganas y más fuerza. Y ello suele venir seguido de un avance en el perro mayor que el que tenía antes de ese estancamiento o de esa regresión.
Si quieres que te acompañemos en ese proceso con tu perro, no dudes en contactarnos. Planificaremos los ejercicios a realizar cada día. Haremos seguimiento y adaptaremos el trabajo a lo que él necesite a diario. Y te ayudaremos a superar los baches en el camino hacia la resolución del problema, con resiliencia.