Hace varias semanas decidí volver a correr.
A lo largo de mi vida he tenido temporadas de practicar mucho deporte. Y en otros momentos mi día a día ha sido más sedentario.
Así que ahora, por estado físico, he decidido comer mejor y volver a hacer deporte. Y en este momento lo que más me motiva es correr.
Tres días a la semana salgo de casa y me dirijo hacia la montaña, que tengo la suerte de tener a un kilómetro de distancia.
Durante esos tres días de una semana hago el mismo recorrido. Pero cada semana busco una variante: para aumentar la distancia o la dificultad, y también porque no quiero aburrirme de correr siempre el mismo itinerario.
Esta mañana he decidido coger un camino desconocido. Lanzarme a la aventura y ver a dónde me llevaba. Había recorrido más de tres kilómetros cuando llegaba al comienzo de esta nueva ruta.
Por orientación pensaba que me iría llevando de vuelta hacia casa, pero dando un ligero rodeo.
Tras 7 minutos bajando por esa ruta con una pendiente notable, el camino daba un giro en una dirección contraria a la de mi casa.
Oh, oh…
Era el momento de decidir: si seguía por esa ruta quizás acabaría en otra ciudad, aún más lejos. O podía ser que el camino volviera a girar y sí llegara a mi casa, a pesar de tener que recorrer una distancia mayor de lo esperado.
La otra opción era darme media vuelta y desandar lo avanzado. Y digo desandar, porque esa pendiente que antes había bajado era imposible «descorrerla». O al menos para mí, sin echar el hígado.
Esta mañana tenía el tiempo y la motivación y quise seguir hacia lo desconocido. Era un acto de fe, y también afán investigador, pero decidí continuar.
Medio kilómetro más adelante, el camino volvía a girar y empezaba a acercarme ya hacia casa. Acabé corriendo una distancia más larga de la que pensaba al principio, pero con la satisfacción de haberme arriesgado y conseguido el objetivo.
Y ya tengo una nueva ruta para esta semana.
Ansiedad por Separación perros – Tratamiento:
Cuando tienes un perro con Ansiedad por Separación y ya has probado muchas estrategias fallidas para solucionarlo, has de variar.
Si sigues haciendo lo mismo, tendrás los mismos resultados.
En este caso cambias por necesidad. No porque te aburras.
Emprendes un nuevo camino con tu perro, que no tienes muy claro dónde te llevará.
Sí sabes dónde quieres que te lleve: a solucionar su problema, para que así puedas volver a salir de casa sin preocupaciones.
Nosotros te ofrecemos nuestro itinerario, y te podemos guiar por el mismo. Es el de los especialistas en Ansiedad por Separación. Una ruta con una base científica en el aprendizaje canino, y que funciona.
Es posible que durante ese camino pasen cosas inesperadas que lo dificulten: tu perro se atasca en el avance, o incluso tiene una pequeña regresión… Son piedras normales en el camino cuando hablamos de aprendizaje animal.
Pero si tú confías en tu elección, contando además con la guía de alguien que recorre este trayecto cada día con muchas otras personas, seguirás adelante.
Y cuando llegues al final del recorrido, la satisfacción y los conocimientos adquiridos compensarán todas las dudas previas.
Si yo esta mañana hubiera tenido un guía que me dijera hacia dónde iba ese camino, no habría dudado ni un momento.
Ansiedad por Separación perros – Tratamiento: si quieres que te presentemos el trayecto, y te acompañemos a recorrerlo con tu perro, reserva tu Sesión de Evaluación con nosotros. En ella valoraremos tu caso concreto. Y te explicaremos cómo funciona la metodología de los especialistas en Ansiedad por Separación Canina.
El destino del camino: un perro zen cuando se quede solo en casa:
